La flor de Loto de los dieciséis pétalos

La flor de Loto de los dieciséis pétalos, también denominado Chakra de la garganta o de la pureza Vishuddha विशुद्ध en sánscrito.

Características de la flor de Loto de los dieciséis pétalos

En la tradición del Yoga a esta flor se la daba un color cian

De esta flor es de la que más habla Rudolf Steiner en su libro Cómo se alcanza el conocimiento de los mundos superiores:

En el loto de dieciséis pétalos, ocho pétalos ya han sido formados en un pasado remoto durante una etapa anterior a la de la evolución humana. El hombre no ha contribuido en nada por sí mismo a esta formación. Los ha recibido como un don de la naturaleza cuando se encontraba todavía en un vago y ensoñador estado de conciencia. En aquella etapa dé la evolución humana estaban en actividad, pero en forma sólo compatible con ese estado de semiconsciencia. Al entrar el hombre a un estado de mayor conciencia, los pétalos se oscurecieron y suspendieron su actividad, y puede ahora el mismo hombre desarrollar los otros ocho pétalos mediante ejercicios conscientes. En esta forma el loto entero se tornará luminoso y móvil. La adquisición de ciertas facultades depende del desarrollo de cada uno de los dieciséis pétalos, en la
inteligencia, como ya hemos dicho, de que solamente ocho puede el hombre desarrollar
conscientemente: los otros ocho surgirán por sí solos

Situado en la garganta

Se sitúa en la laringe, órgano de fonación y responsable de nuestras palabras

Relacionado con la esfera de marte

En el mundo antroposófico el chakra de la frente se relaciona con la esfera de marte que tiene que ver con la laringe, la encarnación de la persona y el llevar las intenciones a la acción.

También tiene relación con la expresión y la comunicación, porpio de que la laringe es el órgano responsable de la fonación.

Relacionado con la glándula tiroides

Este chakra se relaciona con el tiroides, glándula responsable de gran parte del metabolismo

Otras relaciones

A esta flor de loto se le ha vinculado con las piedras aguamarina y el ópalo

Musicalmente está asociado a la nota Mi

Papel de este chakra

Este chakra se abre en el desarrollo del alma racional y cordial al alma de inspiración.

La apertura de esta flor de loto se hace en unión a la de dos pétalos Ahamkara अहंकार.

Gracias al órgano espiritual situado junto a la laringe, es posible penetrar en forma clarividente en la
manera de pensar de otros seres animados y obtener un conocimiento profundo de las verdaderas
leyes de los fenómenos naturales.
(Cómo se alcanza el conocimiento de los mundos superiores)

Trabajar espiritualmente (abrir) la flor de Loto de los dieciséis pétalos

Rudolf Steiner da claras indicaciones de como abrir este chakra en su libro Cómo se alcanza el conocimiento de los mundos superiores siendo estas pautas muy similares a las del noble camino óctuple del budismo

El desenvolvimiento se realiza de la siguiente manera: el hombre debe concentrar su atención y
esmero en ciertas actividades del alma regularmente eje
cutadas en forma desatenta y descuidada.

Ocho actividades

Adquirir representaciones de forma ordenada

La primera corresponde al modo cómo se adquieren las representaciones a las que el hombre suele generalmente entregarse. En la vida ordinaria el hombre suele entregarse a ellas en forma totalmente desorganizada: oye tal o cual cosa, ve este o aquel objeto y amolda sus conceptos a esas percepciones. Al proceder en esa forma, el loto de dieciséis pétalos permanece inactivo, pues no entra en actividad hasta que se lleva a cabo una especie de autoeducación. Para lograrla el discípulo tiene que vigilar sus representaciones, cada una de las cuales habrá de adquirir para él un carácter significativo, de simbolizar un mensaje determinado procedente de los objetos del mundo exterior. No se dará por satisfecho con representaciones que carezcan de tal significado. Encauzará su actividad mental para que refleje fielmente el mundo exterior y aspirará a desterrar de su alma las representaciones inexactas.

Alejar del alma toda acción irreflexiva

La segunda actividad del alma se refiere, de manera similar, a las resoluciones del hombre. Aun para
resolver lo más insignificante, debe basarse en una deliberación fundada y comprensiva y alejar de su
alma toda acción irreflexiva, todo acto insustancial. Sus actos obedecerán siempre a motivos deliberados, abstrayéndose de todo lo que no se halle así justificado.

Hablar correctamente

La tercera actividad se refiere al hablar. Sólo saldrá de los labios del discípulo lo que tenga sentido y
significado. Puesto que el «hablar por hablar» lo aparta de su camino, evitará la conversación banal, la
charla, confusa y abigarrada sobre multitud de tópicos. Esto no quiere decir que se aleje del trato con
sus semejantes, ya que precisamente en este trato sus palabras han de adquirir significado. Hablará
y responderá a todos, pero pensando en lo que dice y de una manera enteramente deliberada. Nunca
dirá nada sin fundamento. Tratará de no hablar ni demasiado poco ni en exceso
.

Pensar el efecto de los actos

La cuarta actividad del alma se refiere a la regulación de los actos externos. El discípulo trata de
armonizarlos con los de sus semejantes y con los hechos de su medio ambiente. Se abstendrá de
todo aquello que pueda perturbar a los demás
o que esté en contradicción con lo que pasa a su
derredor. Ajustará su obrar en perfecto acuerdo con el ambiente y con su situación en la vida. Cuando
un móvil exterior lo lleve a actuar, examinará con cuidado los medios para responder lo mejor posible
a ese móvil. Al actuar espontáneamente, pesará con la mayor precisión los efectos de sus actos.

Armonizar la vida

El quinto punto consiste en la organización de toda su vida: el discípulo tratará de vivir con arreglo a
las leyes del espíritu y de la naturaleza
; de abstenerse por igual de la precipitación que de la
indolencia; de considerarse igualmente ajeno a la actividad exagerada que a la desidia. Enfocará la
vida como un medio de trabajo y se conducirá de acuerdo con esa idea; regulará el cuidado de su
salud y de sus hábitos de manera tal que culminen en una existencia armoniosa.

Ajustarse a las propias capacidades

El sexto punto se refiere a la aspiración humana: el discípulo examinará sus facultades y sus
capacidades y obrará a la luz de un tal conocimiento de sí mismo;
no intentará ejecutar lo que esté
fuera de su alcance, pero no tratará de omitir nada que caiga dentro de sus posibilidades. Por otra
parte, él mismo se fijará objetivos que concuerden con los ideales y con los altos deberes del ser
humano. No se considerará, de manera irreflexiva, como una rueda del engranaje social, sino que
tratará de comprender su labor, dirigiendo su mirada más allá de la vida cotidiana. Se esforzará por
cumplir sus obligaciones cada vez mejor y con mayor perfección.

Aprender siempre de la vida

La séptima actividad de su alma se refiere al esfuerzo de aprender de la vida todo lo posible. Nada ha
de pasar ante el discípulo sin brindarle ocasión de acumular experiencias que le sean útiles. Si se
equivocó al cumplir algún deber, o lo cumplió mal, esto le dará motivo para obrar más correcto y
perfectamente en casos semejantes más tarde. Y con fines análogos contemplará las acciones de los
demás. Tratará de acumular un rico tesoro de experiencias y de recurrir a él siempre con atención; y
nunca hará nada sin observar retrospectivamente esas experiencias, ya que de ellas puede derivar
ayuda en sus resoluciones y actos.


Alimentar la vida interior

Por último, el octavo punto consiste en que el discípulo dé una mirada, de vez en cuando, a su propio
interior
; que se ensimisme, delibere en silencio, forme y examine los principios que rigen su vida,
pase revista a sus conocimientos, pondere sus deberes, reflexione sobre el contenido y el fin de la
vida. El que piensa o dice algo que se aparta de la verdad, destruye algo en el germen del loto de dieciséis pétalos. La veracidad, la sinceridad y la lealtad son fuerzas constructivas; la mentira, la falsedad y la deslealtad, son fuerzas destructivas. Y el discípulo ha de saber que no bastan buenas intenciones, sino que se requieren actos realizados. Si pienso o digo algo contrario a la verdad, algo destruyo en mi órgano de percepción espiritual, por más excelentes que hayan sido mis intenciones. Es un caso semejante al del niño que se quema cuando intenta coger el fuego, aunque obre por ignorancia. La ordenación de las actividades del alma en la dirección indicada permite al loto de dieciséis pétalos irradiar en colores resplandecientes, dándole un movimiento armonioso.

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