Padre nuestro esotérico de Rudolf Steiner

El Padre nuestro esotérico fue dado por Rudolf Steiner posiblemente en torno a 1913 existiendo varias versiones con pequeñas variaciones. encontrándose luego recogido en sus escritos mántricos

Se dice que lo pronunciaron todas las tardes Ita Wegman y él cada tarde a las 6, en el periodo que estuvieron escribiendo el libro de Fundamentos para una ampliación del arte de curar

Cuaderno de notas de Marie Steiner en el que se incluye una versión de este padrenuestro

Padre nuestro esotérico traducción propia

Padre Nuestro que has estado, estás y estarás en lo más profundo de nuestro Ser.

Tu Ser sea glorificado y santificado en todos nosotros.

Tu Reino se amplíe mediante nuestros actos y nuestra transformación vital.

Tu Voluntad la llevemos en la actividad de nuestras vidas,

Tal como Tu, oh Padre la has dispuesto en nuestro ánimo más interno

El alimento espiritual, el Pan de Vida nos lo ofreces en abundancia

en los diferentes momentos de nuestra vida.

Compensa la misericordia que tenemos hacia los errores de los hombres

con la que necesitamos por los pecados que nosotros cometemos.

No permitas al tentador obrar en nosotros por encima de nuestras capacidades,

ya que en tu Ser no puede existir la tentación

porque el tentador solo es apariencia engaño

del que Tu, Padre, a través de la Luz del conocer nos sacas.

Tu fuerza y poder actúe por los siglos de los siglos.

En alemán la versión facilitada por Ita Wegman

Vater, der du warst, bist und sein wirst in unser aller innerstem Wesen!
Dein Wesen wird in uns allen verherrlicht und hochgepriesen.
Dein Reich erweitere sich in unseren Taten und in unserem Lebenswandel.
Deinen Willen führen wir in der Betätigung unseres Lebens so aus, wie du, o Vater, ihn in
unser innerstes Gemüt gelegt hast.
Die Nahrung des Geistes, das Brot des Lebens, bietest du uns in Überfülle in den
wechselnden Zuständen unseres Lebens.
Lasse Ausgleich sein unser Erbarmen an Menschen für die Schuld, der wir in unserem Wesen
verfallen.
(Lasse Ausgleich sein unser Erbarmen an anderen für die Sünden an unserem Wesen
begangen.)
Den Versucher lässt du nicht über das Vermögen unserer Kraft in uns wirken, da in deinem
Wesen keine Versuchung bestehen kann; denn der Versucher ist nur Schein und Täuschung,
aus der du, o Vater, uns durch das Licht deiner Erkenntnis sicher (herausführst)
herausführen wirst.
Deine Kraft und Herrlichkeit wirke in die Zeitläufe der Zeitläufe.

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