La meditación de la semilla
Esta meditación de la semilla trata de desarrollar la capacidad para poder orientar pensamientos y sentimientos. Fue presentada por Steiner en su libro de Cómo se alcanza el conocimiento de los mundos superiores en el capítulo de Dominio de pensamiento y sentimiento
Introducción
El hombre lleva siempre lleva consigo su cuerpo, alma y espíritu, pero solo es consciente del primero, no así de los otros dos (alma y espíritu). Por ello resulta fundamental orientar los sentimientos y los pensamientos para desarrollar la facultad de percibir lo no visible vida habitual.
Se va a mostrar aquí un medio para lograrlo. Resulta muy sencillo como casi todo lo que se ha
descrito hasta ahora, pero para obtener los mayores efectos requiere de perseverancia y aquel que quiere desarrollarse espiritualmente deberá abandonarse a la disposición de animo necesaria
La meditación de la semilla en si (Traducción propia)
Colocarse ante una semilla de una planta tratando de suscitar, intensamente, ante esta aparentemente insignificante objeto los pensamientos apropiados y por medio de ellos despertar ciertos sentimientos.
Primer paso: Observación
Primero se tratará de llevarse a cabo una profunda observación fenomenológica visual tratando de describir la forma, el color y todos los demás atributos de la semilla.
Segundo paso: Reflexión
A continuación se hará uno la siguiente reflexión «Si esta semilla cae al suelo, germinará y de ella saldrá una planta completa»
Tercer paso: Imaginación, pensamiento y sentimiento adecuados
Se trata ahora de imaginarse cómo sería esa planta en todo su esplendor. Tratando de construirla mentalmente y de visualizar sus hojas, sus ramas, sus flores o frutos si los hubiera, su corteza, e, incluso su raíz.
Ahora pensamos “Aquello que me estoy imaginando ya existe en la semilla de forma latente y serán las fuerzas de la luz y de la tierra las que lo hagan brotar”
Vuelvo a imaginar:
Si tuviera en mis manos una semilla artificial idéntica en forma y tamaño de tal manera que mis ojos no pudieran distinguirla; esta puesta en tierra no engendraría una verdadera planta.
Quien conciba esta idea con suficiente nitidez generando una verdadera experiencia interior podrá, también generarse el siguiente pensamiento acompañado del sentimiento adecuado
Lo que surgirá mas adelante de la semilla, existe ya como potencialidad.
Aquello que da la vida no se ve, ni se percibe.
La semilla verdadera contiene algo que no existe en la imitación; y, sin embargo, para mi vista, una y otra son idénticas. Existe, pues, en la semilla verdadera, algo invisible no contenido en la imitación.
Es en eso invisible en lo que hay que concentrar todo el pensamiento. Imaginar que eso invisible se transformará en planta visible, cuyo color y forma se podrá observar
Ahora abrigar la idea de que Lo invisible se hará visible
Concebir este pensamiento genera un sentimiento cuando se hace experiencia viva
Sentir lo que constituye la vida no se puede ver mediante los sentidos y volver a imaginar esa parte invisible que se transformará en una planta visible con todo su tamaño y porte.
Quinto paso: Vivenciarlo
Unir en el alma lo que se piensa y el sentimiento que ese pensar despierta de forma intensa y sembrar ambos en el alma
Pasar ahora a vivenciarlo con la misma intensidad dejando unos minutos de calma, tratando de evitar que se «nos cuelen otros pensamientos»
Llegar a una visión suprasensible
Trabajar esto con cierta perseverancia puede llevarle a uno a despertar nuevas capacidades perceptivas y tras un cierto tiempo se sentirá una potente fuerza interior. Puede que no al primer intento, pero sí si se practica esta meditación con cierta perseverancia
Cuando esto se alcanza la semilla se verá rodeada como de una llama con un centro de color lila y con un borde de un color azulado. Como si eso que antes no era visible, ahora se hubiese creado mediante la fuerza de los pensamientos y sentimientos.
Ahora aparece lo que no era visible en un primer momento, pero que se ha despertado mediante la fuerza del pensamiento y los sentimientos.
Aunque la planta desarrollada nos será visible más tarde, lo que está en potencia em ella, que antes nor resultaba invisible se nos ha revelado por nuestro trabajo de forma espiritual.