La prueba de aire: La intuición
Rudolf Steiner habla en su libro Cómo se alcanza el conocimiento de los mundos superiores de las tres pruebas para alcanzar la iniciación, siendo la tercera la prueba de aire que desarrolla la intuición.
La nueva iniciación, las tres pruebas
En las iniciaciones de los antiguos misterios egipcios se les obligaba a los discípulos a seguir severas reglas de comportamiento para su preparación.
En la actualidad, tiempos del alma consciente tal y como describe Steiner, para el ser humano ya no existen maestros. Por lo tanto, se requiere acceder por uno mismo a esta iniciación, siendo las pruebas a las que someterse ya marcadas desde el exterior.
Misión de estas pruebas
Ya sean inducidas por el maestro, como el caso de los antiguos misterios, o creadas desde el interior por aquel que busca su desarrollo, la misión de estas pruebas es la de generar un umbral que se haya de superar.
La prueba de aire: La intuición en sí
Realmente no existe ninguna prueba en sí
El que haya llegado hasta esta altura en la iniciación, ya no requiere probarse más. Por ello, la prueba de aire, aunque tenga ese nombre es más bien la constatación de que el individuo ha alcanzado un estado en el que solo él se puede dar a si mismo la fuerza que requiere para actuar.
¿Por que se le llama prueba de aire?
De lo anteriormente comentado proviene su nombre, de que la persona se encuentra como «en el aire» no necesita sostenerte en nada, porque su iniciativa surge del interior. Siendo capaz de fusionarse con su intención, en la intuición.
La presencia de ánimo o de espíritu
Lo segundo que destaca Steiner en este último escalón del desarrollo es la llamada Geistesgegenwart. Presencia de ánimo que puede ser traducido literalmente como Presencia de espíritu.
Esta presencia de espíritu llega tras sentir la impotencia y poder ponerse en manos de Cristo. En palabras de San Pablo «No yo, sino Cristo en mi«. Y le permite a uno a actuar desde encontrarse en «presencia«.