La flor de Loto de los seis pétalos

La flor de Loto de los seis pétalos, también denominado Chakra del cinturón, del sacro, sexual, o Svadhishthana स्वाधिष्ठान en sánscrito

Atarax 42

Características de la flor de Loto de los seis pétalos

En la tradición del Yoga a esta flor se la daba un color naranja

De esta flor habla Rudolf Steiner en su libro Cómo se alcanza el conocimiento de los mundos superiores:

Situado en el centro de gravedad del cuerpo

Se encuentra bajo el ombligo, en la pelvis en el centro de gravedad del cuerpo humano. Es denominado por los chinos tantien asociándolo al lugar donde se acumula la vida. Los japoneses lo llamaron hara y lo consideraban la puerta de la vida.

Relacionado con la esfera de mercurio

En el mundo antroposófico el chakra de la frente se relaciona con la esfera de mercurio que tiene que ver con la laringe, la encarnación de la persona y el llevar las intenciones a la acción.

También tiene relación con la expresión y la comunicación, porpio de que la laringe es el órgano responsable de la fonación.

Relacionado con las glándulas suprarrenales

Este chakra se relaciona con las glándulas suprarrenales que son las encargadas de segregar adrenalina, que es una hormona y neurotransmisor capaz de poner al organismo en situación de alerta.

Otras relaciones

A esta flor de loto se le ha vinculado con la piedra de luna y la cornalina

Musicalmente está asociado a la nota La

Papel de este chakra

Este cuerpo está relacionado con la sexualidad y con los comportamientos más instintivos.

El desarrollo de la flor de loto dé seis pétalos permite la comunicación con seres que pertenecen a
mundos superiores, siempre y cuando su existencia se manifieste en el mundo anímico.
(Cómo se alcanza el conocimiento de los mundos superiores )

Trabajar espiritualmente (abrir) la flor de Loto de los seis pétalos

Rudolf Steiner da claras indicaciones de como abrir este chakra en su libro Cómo se alcanza el conocimiento de los mundos superiores

Armonización del cuerpo, alma y espíritu

El cultivo de la flor de loto de seis pétalos, requiere la completa supeditación del hombre a la conciencia del Yo, de modo que cuerpo, alma y espíritu formen un conjunto de perfecta armonía.

Las funciones del cuerpo, las inclinaciones del alma, los pensamientos y las ideas del espíritu, deben hallarse en completa consonancia.

El cuerpo debe ser ennoblecido y purificado de manera que sus órganos sólo tiendan a lo que esté al servicio del alma y del espíritu.

El alma no debe ser impulsada por apetitos y pasiones corporales antagónicas al pensar puro y noble.

El espíritu, por su parte, no debe tener necesidad de imponer al alma mandatos y leyes como un amo hacia su esclavo; es el alma quien aprende a obedecerlos por su propia y libre inclinación.

Amor al deber y no obligación

El discípulo no considerará el deber como una imposición a la que se supedite a pesar suyo, sino como algo que practica porque lo ama. Dirigirá su alma hacia la libertad, y mantendrá el equilibrio entre lo sensual y lo espiritual. Debe sentirse libre de entregarse a las funciones de los sentidos porque éstos se hallarán suficientemente depurados para que no puedan envilecerlo; no tendrá necesidad de refrenar sus pasiones, en tanto que ellas, por sí mismas, se orientan hacia el bien.

No reprimir

Mientras el hombre tenga necesidad de mortificarse no podrá alcanzar ciertos grados de la disciplina oculta, ya que para ella una virtud lograda por represión carece de valor. Mientras subsista un apetito, se verá perturbado el desarrollo oculto, aun en el caso de que el discípulo no lo satisfaga. Es indiferente que el deseo ataña al cuerpo o al alma.

Si, por ejemplo, alguien se priva voluntariamente de determinado estimulante con el fin de purificarse por la privación del goce esto sólo le será útil si su salud no se afecta por esta abstinencia.

Si sufre, demuestra que el cuerpo requiere ese estimulante y entonces la privación carece de valor. En tal caso muy bien puede ocurrir que tenga que renunciar momentáneamente a su anhelado ideal y esperar a que se presenten condiciones más favorables respecto de las disposiciones de su cuerpo y de su alma,
quizá hasta una vida futura. En ciertos casos es mucho más meritorio renunciar sabiamente que
ansiar un objetivo que en las circunstancias del caso está fuera del alcance. Tal renuncia razonable
es más beneficiosa para la evolución que la actitud opuesta
,

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