Alcanzar la intuición

Alcanzar la intuición es el tercer y último paso de la ampliación del pensar, siendo la aspiración de la meditación, algo que se consigue tras años de práctica mediante constancia.

En este momento ya no nos podemos encontrar en nuestra conciencia diurna cotidiana, habiéndose soltado por completo la conciencia de los sentidos.

¿En qué consiste alcanzar la intuición?

Tras haber creado una imagen, haber podido experimentar lo que se siente al desarrollar dicha actividad imaginativa , el tercer paso es el que Rudolf Steiner denominó intuición.

En la filosofía de la libertad define la intuición como la experiencia consciente de un contenido puramente espiritual.

Sin embargo, Steiner no dio demasiadas indicaciones, apenas comentó en su Ciencia oculta que esta intuición se puede alcanzar en las profundidades de la meditación. En estas puede haber momentos en los que se logre, literalmente, hacer desaparecer todo lo que se sabía antes ya fuera por experiencia externa como por conocimientos adquiridos anteriormente.

De alguna manera, es lograr llegar al asombro más absoluto. El contenido proviene de más allá de la percepción, de la imagen de la representación, incluso de la percepción de uno mismo y ha emergido un nuevo ser, aquel  al que hemos apelado, aquel que era el que estaba observando los sentimientos y emociones

No es un proceso pasivo, sino que debe ser mantenido con una poderosa fuerza yoica, ya que de lo contrario volveremos a caer en nuestra conciencia de rutina.

El pensador que ha llegado hasta este punto mediante un proceso de actividad, se convierte en un escenario dónde se representa lo espiritual. Ha dejado de pensar, para pasar a ser pensado. Al callar el espíritu comienza a hablar en palabra, imagen y ser.

Esto se puede alcanzar con cierta continuidad en la ejercitación de la recapitulación nocturna.

Definir la intuición

Como cualquier vivencia de plenitud espiritual resulta difícil encontrar las palabras para definirlo, siendo ciertamente inefable.

Lo que si debe quedar separado es el concepto que de la intuición más popular, como de un saber más visceral que espiritual.

En antroposofía

Rudolf Steiner aportó ciertas pista acerca de la intuición

Sería experimentar de forma autoconsciente la realidad espiritual.

Convertirse en el objeto y poder pensarlo desde ahí, sin perder en ningún momento la conciencia del Yo.

Es el ser concibiendo al Ser en esencia

Elevarse hasta lo puramente humano, que nada tiene que ver con mi posición particular, contemplando aquellas cosas que me afectarían como ser humano, aunque viviera en circunstancias y en lugar completamente diferentes

Tomar conciencia de pertenecer a mundos superiores

En ese momento empiezan a percibirse ideas y pensamientos

En una simplificación para poder vivir la intuición esta sería como si al tratar un problema, uno se convirtiera en el propio problema o, mejor dicho en la solución y esta dijera como puede ser alcanzada.

Es ser la paz en el conflicto o decisión en la duda.

Otras personas que han hablado de alcanzar la intuición

San Juan de la Cruz

Dado lo inefable que es, lo difícil que es poner en palabras, conceptos de una realidad tan espiritual, se puede únicamente recurrir a la poesía y a la poesía mística para poder describir este estado.

Y quien mejor lo hizo fue el genial San Juan de la Cruz en su poesía de la noche oscura del alma cuando habla de la intuición como una noche. Una noche que es el apagar las percepciones sensoriales:

ni yo miraba cosa,
sin otra luz y guía
sino la que en el corazón ardía.

Para llegar a una de las imágenes más bellas que se puede tener de la vivencia espiritual:

¡Oh noche, que guiaste!
¡Oh noche amable más que la alborada!
¡Oh noche que juntaste
Amado con amada
amada en el Amado transformada!

Juan de la Cruz emplea la metáfora de la noche, porque es en espacio dónde uno parece encontrarse con la oscuridad que da el haber llegado hasta el propio ser.

Santo Tomás de Aquino

Este santo con el que Rudolf Steiner poseía conexiones tan íntimas describió esta intuición como

Cuando el ser pensante (el pensador) y el pensamiento son lo mismo, entonces la palabra, el concepto son una reproducción de lo espiritual, que es de dónde proceden.

La intuición nos lleva a la voluntad

El camino iluminativo de Steiner parte de activar el pensamiento, que generalmente es pasivo y convertirlo en activo, mientras que la voluntad que suele ser activa, pero inconsciente se ha de volver pasiva y consciente.

En su libro Filosofía de la libertad que el propio Steiner considerara como su obra capital habla de la moralische Phantasie (fantasía o imaginación moral). Esta consiste en lograr conectar la motivación y origen de cualquier acto de voluntad con una intuición moral. Es decir, con una verdad espiritual que sea buena para la humanidad en general y para las personas que nos rodean y cuya ejecución de lleve a cabo de forma bella.

Así se llega a conectarse con los ideales que son aquellas ideas que ya no significan lo mismo para mi que para otras personas, porque han quedado prendados a mi corazón.

Toda idea que para ti no se convierta en ideal, destruye una fuerza en tu alma, toda idea que se convierte en ideal crea dentro de ti fuerzas de vida

Y también la responsabilidad con la evolución humana Tres pasos en lo moral, antes de dar un paso en lo esotérico.

Dificultades para alcanzar la intuición

Este tercer paso resulta muy complicado y se alcanza en escasos momentos tras años de práctica.

Requiere de un enorme energía interna y en muchos casos nos quedamos en las fuerzas imaginativas.

Pasos anteriores

Imaginación

Inspiración

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