Segunda Noche Santa 25-26 de diciembre

La Segunda Noche Santa corresponde a aquella entre el 25 y el 26 de diciembre y ha sido llamada la noche del águila, en honor al símbolo de San Juan. En ella vamos a ser apoyados por nuestro amigo siempre fiel, el ángel

Dejarnos acompañar por las fuerzas espirituales de nuestro ángel

Tras el nacimiento del Cristo en el alma humana podemos elegir el camino ancho y fácil o el angosto y estrecho. Y para este segundo necesitamos de la presencia de nuestro ángel. La imagen del águila, símbolo de San Juan que puede observar todo desde arriba nos puede resultar de gran ayuda. Ese despertar al observado superior que Steiner describe en su Cómo se alcanza el conocimiento de los mundos superiores.

Imaginarnos nuestro ángel

La otra imaginación que podemos tratar de llevar a cabo esta segunda noche es la de nuestro ángel. Si no podemos crearla, dejemos que sea Él el que lo haga. Dice Rudolf Steiner que cada vez que tratamos de entrar en contacto con nuestro ángel, es él el que lo hace con nosotros y es que nuestro pensar es su sentir.

Al final de este artículo podemos encontrar más indicaciones de como llevar a cabo esta meditación angelical.

Acompañarse desde el Zodiaco

Dado que las Doce Noches Santas son un «compendio de todo el año» vamos a ir meditando los doce mantras zodiacales que nos donó Steiner.
Como ya se ha comentado anteriormente vamos a emplear el orden que aporta Prokofieff en su investigación espiritual. De esta forma iremos creando al Nuevo Ser humano desde los pies, lugar de encarnación hasta la cabeza.

Acuario

De la discreción a la capacidad para meditar

Que lo limitado se sacrifique a lo ilimitado.

Lo que añora límites,

los establezca en lo profundo de si mismo;

Elevándose la corriente a si mismo

como una ola que se sostiene fluyendo,

en el devenir formando el ser

Limítate tu ¡Oh ilimitado!

Acuario dota al nuevo Ser Humano de las pantorrillas, símbolo de aquello que nos sostiene, como lo hace nuestro ángel.

Si quieres leer más acerca de Acuario

Otra imagen que nos puede resultar inspiradora es la de la ola que se sostiene fluyendo y poder sentir como el Hombre es el único ser sobre la tierra que no se haya concluso, sino en devenir.

Acompañarse de las jerarquías espirituales

En esta segunda noche nos acompañamos de nuestro ángel de la guardia.

Aquel que ha ligado su destino al nuestro.

Aquel que nos sostuvo nuestro Yo antes de que nosotros tuviéramos memoria y pudiéramos hacerlo.

Aquel que nos protegió en nuestra infancia.

Aquel que introduce imaginaciones en nuestros pensamientos tratando de que seamos fieles al propósito de nuestra vida.

Aquel que nos mira con benevolencia, incluso cuando nosotros no lo hacemos con nosotros mismos.

Aquel que nos acompañará cuando atravesemos el umbral, como ya ha hecho otras tantas veces.

Aquel que permanecerá con nosotros y, en estrecho contacto hasta que decidamos volver a encarnar.

Hoy podríamos dedicarle nuestra meditación, no para pedirle, sino para poder agradecer y poder acogerlo en nuestro pensar que es su sentir.

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