Percibir mediante los sentidos
La meditación desde un punto de vista antroposófico se basa en poder percibir más allá de lo sensorial. Por ello es importante poder reflexionar en qué consiste percibir mediante los sentidos.
Ver mirar, observar y contemplar
El ver, mirar, observar y contemplar son tres de las acciones que permiten la entrada de una imagen en el ser humano. Llegan hasta el cerebro, (visto desde la fisiología) o la mente o alma, desde un punto de vista más trascendente.
Fisiológicamente requieren de los ojos, nervio óptico y corteza cerebral que pertenecen a lo que en medicina antroposófica se llama sistema neurosensorial
Ver
En este momento, la persona que esté leyendo este texto puede estar viendo un montón de cosas, la sala, lo que haya detrás de una hipotética ventana, el paisaje o escenario y las personas o cosas que le rodeen. Es decir, todo lo que entre en su campo visual.
Mirar
Si se está leyendo esto es porque se encuentra mirando la pantalla del ordenador, Tablet o teléfono móvil.
En ese acto de mirar existe una intención o voluntad, que hace que se ponga cierto foco en esa dirección.
Observar
En el caso de la observación, además de poder ser visto e introducir la intención, se le añade al acto la atención que enfoca.
Por lo tanto, se puede decir que existe un gradiente ascendiente que va desde el ver, al mirar, para llegar hasta el observar.
Contemplar
Existe otra forma en la que se puede ver que es la de contemplar o «mirar desde el templo». Esta tiene una resonancia más trascendente, ya que indica una mirada global, pero sin juicio asociado.
Es este contemplar el que se va a emplear como antesala de la meditación. Steiner lo emplea basándose en Goethe
La disposición de Goethe ante las percepciones del mundo natural es la de suspender el juicio intelectual o critico, para permitir, mediante una intensa actividad contemplativa, que el objeto de percepción se «muestre» al alma no es su forma muerta o estática sino en su estado formativo, creando así en el alma misma, el adecuado órgano de conocimiento.
Percibir
La RAE define percibir como captar por uno de los sentidos las imágenes, impresiones o sensaciones externas.
El siguiente paso será formarse una representación interna de aquello percibido. Siendo estos dos los dos pasos de conocer el mundo y que Rudolf Steiner estudió en su libro de gnoseología (teoría del conocimiento).
La percepción
Parcial y subjetiva
La información sensorial que llega hasta nuestro cerebro es subjetiva y, por tanto, dos personas pueden percibir algo totalmente diferente de una misma imagen o de un mismo hecho. Esto se resume en la famosa frase de que el mapa no es el territorio acuñada por Alfred Korzybski
Además es fragmentaria, cuando observamos profundamente algo nos perdemos el contexto y si tratamos de obtener una mirada panorámica, es posible que no lleguemos al fondo. Por eso para poder llegar al conocimiento deberá apoyarse en el pensar.
Proyectada
La neurociencia establece que el 95% de la información que procesa una persona es proyectado y no observado. Es decir, como el cerebro quiere ahorrar energía, le resulta más fácil proyectar algo que conoce que algo que ha de descubrir.
En alemán al percibir se le llama Wahrnehmen que traducido literalmente significa tomar la verdad.
La percepción es un proceso activo
El acto de percibir es consecuencia de la salida que hace el alma (mundo interior) a encontrarse con lo que le rodea. No es una invasión de lo exterior, sino el intento de adueñarse de algo.
La experiencia pura
Rudolf Steiner habló también de la experiencia pura como aquella en la que nos aparece la realidad con total abstracción de lo que hace con ella nuestra personalidad.
Para que el pensar sea verdaderamente libre se necesita poder llegar a percibir fuera de cualquier prejuicio o idea preconcebida. Y con la actitud contemplativa que definió antes, basándose en Goethe.
La experiencia pura primer paso para meditar
En esta experiencia pura observamos detenidamente una y otra vez el objeto de percepción, hasta que se vincule de una forma íntima con nuestra alma.
Así lo que puedo llegar a percibir no es lo que aparece materializado ante mis ojos sino el ser de lo que observo en su devenir.
Lo que puedo llegar a observar mediante mi despertar hacia los objetos es, no solo una nueva idea, no sólo un enriquecimiento de mi ser; es una elevación de mi saber, la cognición, un escalón más elevado, en un lugar en el que todos los objetos muestran un nuevo brillo. (GA 7)
Y, si sigo observando de esa manera puedo llegar también llegar a percibir mi Yo superior observando el objeto.
Esta manera de conocer que ya habían descrito los idealistas alemanes, es lo que le lleva a Steiner a concluir que el Ser Humano, no es un ente acabado, sino que continúa en su evolución.
Condiciones de la percepción
La percepción depende de la selección que cada individuo haga de los estímulos que le están llegando (mirar y observar).
Depende de aquello que ya sabemos, el que no sabe lo que busca, no entiende lo que encuentra. Por ejemplo, el que no conoce los tipos de árboles, no verá robles, encinas o abetos en un paseo por el bosque.
También de la intensidad, resulta más difícil que un fogonazo al lado pase desapercibido que que lo haga el vuelo de una mosca.
Y, por supuesto, de las capacidades de la persona, siendo una ceguera, sordera, etc el caso extremo de incapacidad para poder acoger un estímulo.
Lo que percibimos
Obviamente, no se percibe el mundo o las cosas del mundo, sino las cualidades sensoriales de aquello que está al alcance. Es decir que, la realidad objetiva no es creada por el ser humano, sino que solo puede ser percibida.
Percepción y sensación
Existe una diferencia entre percepción y sensación.
La percepción consiste en la salida del alma para encontrarse con el mundo exterior, mientras que la sensación se relaciona con la reacción del alma a esa impresión que se ha recibido.
En la sensación influyen los deseos y las emociones de una persona.