Octava Noche Santa, Nochevieja
En Nochevieja entramos cruzamos el ecuador de las noches santas. Tras el nacimiento del Cristo en el alma humana, dejarnos acompañar por nuestro ángel; trabajar la misión con Micael tomando en cuenta el Espíritu del tiempo de los archai, entrando en contacto con el movimiento, y la forma cristalizada y con la sabiduría Kyriotetes, ahora toca tomar conciencia de la Voluntad.
Acompañarse de las jerarquías espirituales
A partir de esta noche comenzamos nuestro periplo acompañados por los Seres Espirituales de la más alta jerarquía comenzando por los tronos.
Estos Seres Espirituales están hechos de pura voluntad. Y tan alta es su intención que fueron capaces de llevar a cabo un gran sacrificio donando su propia esencia para que el hombre pudiera alcanzar la libertad.
En este camino hacia el Nuevo Ser Humano podemos acoger de estas jerarquías el valor para afrontar aquello que cada persona se haya propuesto vivir.
Imaginación
Sentir el sufrimiento ajeno con tanta intensidad que desemboque en una acción
Una empatía que no se quede en meras palabas, sino que se traduzca en acciones concretas
Una empatía que no se quede en meras palabas, sino que se traduzca en acciones concretas
Acompañarse desde el Zodiaco
Dado que las Doce Noches Santas son un «compendio de todo el año» vamos a ir meditando los doce mantras zodiacales que nos donó Steiner.
Como ya se ha comentado anteriormente vamos a emplear el orden que aporta Prokofieff en su investigación espiritual. De esta forma iremos creando al Nuevo Ser humano desde los pies, lugar de encarnación hasta la cabeza.
Leo
Desde la compasión alcanzar la libertad
Fluye con el poder de los sentidos,
ser cósmico convertido,
ser sensitivo
por la voluntaria decisión de ser.
En la corriente de la apariencia vital,
en el reinado del ser
con poder sensorial resurge.
Leo en el Hombre primigenio conformó el corazón, símbolo del coraje y de la acción noble. Algo propio de un rey como el que simboliza este animal.
En los versos anteriores meditados en calma aparece el mencionado «sacrificio de los tronos» que voluntariamente decidieron de que el «hombre fuera» en el mundo sensible.
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