Presentamos aquí una serie de meditaciones que indicó Rudolf Steiner en sus ejercicios anímicos para la mañana y la noche.

La primera etapa consiste en que el ser humano se cree dentro de si mismo tantas ideas simbólicas como le sea posible. 

Hay que encontrar la satisfacción en lo sutil, aunque esta recompensa se va hallando con la perseverancia, pudiendo tardar un tiempo en aparecer. Sin embargo, es un camino seguro que lo protege a uno de todo. de toda fantasía, de toda ilusión.

Estas imágenes simbólicas no tienen que ser necesariamente percepciones visuales, pueden ser también palabras que contengan las verdades profundas del mundo