Meditación para tomar conciencia de uno mismo

Esta meditación para tomar conciencia de uno mismo permite partir de nuestras cuatro realidades corporales y las tres anímicas para llevarnos hacia lo espiritual. Partiendo de la imagen del hombre presentada por Steiner se invita a ir viviendo en plenitud ese Yo Soy

Tomar conciencia de uno mismo

Sentir el cuerpo apoyado ya sea en el asiento, de pie o tumbado

Y sentir que en nuestra coronilla entra un rayo de luz, una cascada dorada y tibia que penetra hasta las puntas de los dedos de nuestras manos y pies.

Llegamos a encontrar el equilibrio entre las fuerzas que tiran de nosotros hacia arriba y aquellas que nos hacen someternos a las fuerzas de la gravedad.

En esos momentos se puede decir para uno mismo Este soy Yo y sentirse contenido en ese cuerpo

Tomar conciencia del cuerpo físico

Volver a sentir la gravedad en nuestro cuerpo y, mientras tanto traer al pensamiento imágenes de montañas y minerales.

Tomar conciencia que hemos tomado prestada una parte de sustancia mineral para formar nuestro organismo físico. Despertar gratitud a la tierra.

Me sostengo en la tierra.

Tomar conciencia de nuestra vitalidad

Imaginar una cascada de un arroyo de montaña

Imaginar la visión del mar desde un acantilado

Imaginar una tormenta de final de verano

Tratar de sentir como la sangre corre por nuestras venas, percibir en el interior los movimientos de los líquidos y sentir como todo en nuestra vida fluye

Yo estoy vivo y fluyo como el agua por un arroyo

Tomar conciencia de nuestras sensaciones y emociones

Imaginamos una brisa que nos refresca de una tórrida tarde de verano

Escuchamos el aire moviendo las copas de los árboles o vemos como el aire se lleva las hojas en otoño.

Percibir el aire entrando en nuestro interior.

Sentimos como en cada inspiración parte del mundo entra en nosotros, en nuestro propio espacio.

Ahora tratamos de buscar sensaciones en nuestro cuerpo, ¿algún dolor o molestia? E, indagamos si aparece alguna emoción retenida, ¿tristeza?, ¿alegría?, ¿rabia? ¿miedo?

Y si aparece alguna la acogemos con serenidad.

Yo tengo un mundo interior que contiene mis emociones

Tomar conciencia de mi capacidad para poder traer calidez al mundo

Ahora tratamos de imaginar un sol que nos calienta en una fría mañana de invierno

Una hoguera que nos da luz y calor

El abrazo de algún ser querido que dota de calidez y entusiasmo a nuestro cuerpo y alma.

Buscamos en nuestro cuerpo que zonas tienen una temperatura diferente. ¿Están calientes mis manos? ¿Fríos mi pies? Trato ahora de poder atemperar todo mi cuerpo, tomando conciencia de nuestra capacidad de poder ser nosotros los que regulamos nuestra temperatura.

Yo puedo dar calidez a todo lo que me rodea

Tomar conciencia de que soy luz

Imaginamos un rayo de luz entrando por una ventana que se puede observar reflejado en el polvo.

O el sol ofreciendo sus últimos rayos entre las nubes en un anochecer.

Ahora

Tomar conciencia de mi capacitad de adquirir sabiduría

Tomar conciencia de mi conciencia

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