Los ejercicios preliminares

Para meditar se requiere generar un espacio vacío en nuestra conciencia dónde poder introducir una idea que posteriormente podremos podremos llevar hasta nuestro pensamiento elevado.

Rudolf Steiner dio seis ejercicios para poder ayudar en esta meditación que deben acompañar a toda persona que desee avanzar en el desarrollo espiritual,

La primera condición para un desarrollo espiritual es la de lograr la adquisición de un pensar totalmente claro.

Conseguirlo requiere algo de tiempo cada día, al menos, cinco minutos, (si, es más, mejor) en los que uno tratará de liberarse de razonamientos confusos y hacerse dueño de sus pensamientos.

Al igual que se hace soberana de su pensar el alma de la persona iniciada también debe adquirir control sobre su voluntad.

Se trata de buscar una acción que con toda seguridad nunca se haya propuesto uno en el transcurso de su vida. Se elegirá algo que se pueda llevar a cabo diariamente durante un prolongado periodo de tiempo.

Con respecto al mundo de los sentimientos, es necesario llevar al alma a un cierto estado de serenidad. Para ello es necesario que esta se haga dueña de la expresión del placer y de la pena, de la alegría y del sufrimiento.

Para ello se desarrollará el ejercicio de la ecuanimidad.

El ejercicio llamado de la positividad. Consiste en buscar siempre lo bueno, lo excelente, lo bello, etc. en todas las experiencias, seres y cosas.

Hay que intentar desarrollar el sentimiento de ser completamente imparcial ante cada nueva experiencia, como si no lo hubiéramos visto u oído antes.

A partir del sexto mes se uno debe tratar de ejercitarse equilibradamente en las seis  prácticas propuestas para alcanzar un cierto equilibrio en el alma.

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